martes, 23 de marzo de 2010

Hoy por mi, mañana...

A las 4:53pm (hora local) del 12 de enero del 2010, la tierra se movió en Haití. La búsqueda de víctimas todavía continua y por el momento son más de 210 000 personas muertas y dejó sin casa a 1.2 millones de haitianos aproximadamente. Inmediatamente después de la tragedia la ayuda empezó a llegar y miles de personas pedían ayuda por Haití.

Famosos, organizaciones no gubernamentales (ONG), gobiernos y en general cualquier tipo de persona pedía que ayudaran al país caribeño. Lo que todas estas personas no se dan cuenta es que Haití ha necesitado ayuda desde el principio de su existencia. La deuda externa, la pobreza y la falta de educación escolar son problemas que Haití ha sufrido desde siempre.

Tuvo que temblar para que el mundo se fijara en el país más pobre de la región. Si no hubiera temblado los problemas en ese país seguirían siendo de ellos y de las pocas ONG que se interesaban en el. Claro, Estados Unidos ayuda con el ejército, pero ni locos le perdona la deuda. Es un verdadero acto de hipocresía lo que se está viendo en dicho país.

Pero bueno, enfoquémonos en nuestro país.

Personas y organizaciones realizaban sus propias campañas en pro de los caribeños. Frases como “un techo para Haití” o “ayudemos a nuestros hermano de Haití” se veían y muchas personas acudieron al llamado de ayuda inmediatamente.

Lo más curioso de todo es que hace más de un año la tierra se movió en Cinchona. Todavía hoy la gente pide ayuda para restaurar el pueblo de Cinchona. ¿Cuántos de los que no dudaron en ayudar a Haití, tampoco dudaron en ayudar a su propio país? Bueno la respuesta no la podría dar con verdades, pero a mi parecer ni la mitad.

Costa Rica, el país de todos, pidió ayuda y muchos le dieron la espalda. Si bien si hubieron campañas para ayudar a la zona afectada, nosotros mismos les negamos la ayuda. Muchas familias siguen viviendo en “casas temporales” sin respuesta del gobierno.

Hace más o menos un mes y medio salió en un noticiero gente informándole al país que esa zona no estaba muerta, que los comercios estaban abiertos, que fueran a visitarlos, que ocupaban de nosotros para poder restaurar sus vidas.

Si bien la situación en Haití es mucho más crítica que la que se sufrió en Cinchona, primero hay que ayudarnos a nosotros para ayudar a los demás. No es por ser súper nacionalista ni egoísta ni nada de eso, pero es verdad; si les damos la espalda a los nuestros, entonces ¿Quién nos ayuda?

No hay comentarios:

Publicar un comentario